Ciudad amurallada de Dalt Vila
La Ciudad amurallada de Dalt Vila ha sido declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1999 y es uno de los elementos arquitectónicos más relevantes de Ibiza.
Dalt Vila significa la ciudad alta (traducido del ibicenco) y es el casco antiguo de la isla.
La ciudad amurallada es su centro comercial y cultural. Es el mayor atractivo cultural de Ibiza: uno de los lugares imprescindibles para los turistas.
Está situada sobre un pequeño monte, el Puig de Villa y la silueta de Dalt Vila, coronada por la Catedral de Ibiza, es uno de los símbolos de la isla ibicenca.
Entre sus murallas podemos ver la huella dejada por las diferentes civilizaciones que han pasado por aquí.
Las murallas del siglo XVI tardaron cuarenta años en edificarlas y se construyeron con el fin de proteger la isla de los ataques de los turcos.
El recinto amurallado tiene forma de heptágono irregular y en cada uno de los vértices hay un baluarte defensivo.
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Para los turistas hay tres rutas que se promocionan dependiendo de lo que quieran visitar: la Ruta clásica que regala una visión general del conjunto histórico;
la Ruta de los Baluartes que es la más larga y recorre el perímetro de las murallas apreciando sus siete baluartes con inmejorables vistas y la Ruta desconocida,
para los turistas que quieren perderse por las callejuelas medievales.
La muralla está limitada por siete baluartes que acogen todo tipo de eventos y negocios para el placer de los turistas, que se pueden parar en algunos de los románticos restaurantes a disfrutar
de una buena comida. Antaño, los baluartes se empleaban para distintas labores de vigilancia y defensa.
Por una parte tenemos el baluarte de Es Portal Nou que es uno de los accesos al recinto y actualmente se ha convertido en un espléndido parque con un escenario
donde se celebran algunos de los eventos más importantes de la ciudad.
Pero el más espectacular es el Portal de ses Taules con vistas al barrio de la Marina, tras este portal se encuentra el patio de armas y muchos restaurantes.
Si continuamos subiendo podemos ver el baluarte de Santa Llúcia se pueden ver los cañones y desde aquí se llega al de Sant Jordi, donde aún quedan restos de la antigua muralla musulmana.
Desde el baluarte de Sant Bernat se puede admirar las increíbles vistas de la isla vecina, Formentera y de Ses Salines.
